Cómo redactar Pliegos que minimicen impugnaciones en España

Índice

Introducción a los pliegos en la contratación pública

En España, la contratación pública es uno de los mecanismos más importantes para garantizar la transparencia, eficiencia y buen uso de los recursos públicos. Los pliegos de cláusulas administrativas y técnicas son la base sobre la que se construyen los procesos de licitación, ya que definen las reglas del juego tanto para la Administración como para los licitadores.

Sin embargo, una redacción inadecuada puede abrir la puerta a impugnaciones, retrasos y, en algunos casos, la nulidad de los procedimientos. Por ello, aprender cómo redactar pliegos que minimicen impugnaciones en España es esencial para los órganos de contratación y para cualquier entidad sujeta a la Ley de Contratos del Sector Público (LCSP).

Importancia de evitar impugnaciones en los pliegos

Las impugnaciones generan un triple impacto negativo:

  1. Retrasos en la contratación, que pueden paralizar proyectos clave.
  2. Aumento de costes administrativos y judiciales.
  3. Pérdida de confianza en la Administración contratante.

Minimizar riesgos no solo protege el procedimiento, sino que también refuerza la seguridad jurídica de todas las partes.


Marco legal aplicable en España

Ley de Contratos del Sector Público (LCSP)

La Ley 9/2017 de Contratos del Sector Público es la norma principal que regula la redacción y aprobación de los pliegos. En ella se establecen principios esenciales como transparencia, igualdad de trato y proporcionalidad.

Jurisprudencia y resoluciones del Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales

El TACRC ha dictado múltiples resoluciones en las que anula cláusulas de pliegos por vulnerar la libre competencia o carecer de objetividad. Estudiar estos precedentes es clave para evitar errores.

Normativa europea y principios generales

La contratación pública en España también debe alinearse con las Directivas Europeas de Contratación, lo que añade un marco de principios de libre acceso, no discriminación y reconocimiento mutuo.


Errores más comunes que generan impugnaciones

Falta de claridad en los criterios de adjudicación

Cuando los criterios no son objetivos ni medibles, los licitadores pueden impugnar al considerar que existe discrecionalidad excesiva.

Discriminación o restricción injustificada de la competencia

Pliegos que exigen condiciones innecesarias o desproporcionadas (ej. experiencia previa excesiva) suelen ser anulados.

Ambigüedad en las especificaciones técnicas

La falta de detalle en los requisitos técnicos abre la puerta a interpretaciones y reclamaciones.

Plazos mal definidos o insuficientes

Convocar licitaciones con plazos demasiado breves puede ser causa de nulidad, pues impide la concurrencia efectiva.

Principios clave para redactar pliegos sólidos

Transparencia y objetividad

Los pliegos deben reflejar reglas claras que permitan a cualquier empresa conocer cómo se evaluarán sus ofertas. La objetividad se garantiza con criterios medibles y verificables, reduciendo la discrecionalidad administrativa.

Igualdad de trato y no discriminación

La libre concurrencia es un principio esencial. No se pueden incluir cláusulas que favorezcan a empresas locales, exigir marcas específicas o imponer requisitos que limiten injustificadamente la participación.

Seguridad jurídica y proporcionalidad

Las condiciones deben guardar proporción con el objeto del contrato. Por ejemplo, exigir solvencia económica equivalente al 200% del presupuesto base es una limitación injustificada y fácilmente impugnable.


Estrategias para minimizar riesgos de impugnación

Redacción precisa y clara

Un pliego debe evitar términos ambiguos como “experiencia adecuada” o “propuesta innovadora”. En su lugar, deben establecerse parámetros cuantificables, como número de proyectos ejecutados o nivel de ahorro energético medido.

Uso de ejemplos y anexos explicativos

Los anexos ayudan a aclarar fórmulas de puntuación, formatos de oferta o ejemplos de ejecución. Esto reduce la incertidumbre y evita posibles interpretaciones conflictivas.

Consulta previa al mercado (market sounding)

Cada vez más entidades realizan consultas preliminares al mercado para conocer las posibilidades técnicas y económicas antes de redactar los pliegos. Esto evita imponer requisitos imposibles o poco realistas.

Revisión jurídica y técnica antes de la publicación

Contar con un doble control –uno jurídico y otro técnico– antes de aprobar el pliego es fundamental para detectar contradicciones o requisitos desproporcionados.


Cómo definir criterios de adjudicación sin ambigüedad

Criterios objetivos frente a subjetivos

Los criterios basados en juicios de valor son más propensos a la impugnación. Siempre que sea posible, se deben priorizar los criterios objetivos: precio, plazos de entrega, reducción de costes de mantenimiento, etc.

Ponderación clara y verificable

La ponderación debe reflejarse con porcentajes o puntos numéricos. Ejemplo:

  • Precio: 50 puntos
  • Mejora en plazo de entrega: 20 puntos
  • Garantía adicional: 10 puntos
  • Aspectos técnicos: 20 puntos

Ejemplos de criterios válidos en España

  • Reducción del consumo energético de equipos en un contrato de suministros.
  • Nivel de cobertura técnica en un contrato de servicios.
  • Valoración de mejoras objetivas y documentadas en un contrato de obra.

Rol de los pliegos técnicos y administrativos

Pliego de cláusulas administrativas particulares (PCAP)

Este documento regula aspectos jurídicos y económicos: condiciones de solvencia, forma de adjudicación, garantías, penalidades, etc.

Pliego de prescripciones técnicas (PPT)

Define las características técnicas mínimas del objeto del contrato. Su claridad es clave para evitar exclusiones indebidas.

Cómo coordinar ambos documentos

Ambos pliegos deben ser coherentes y complementarios. Una contradicción entre ellos (ej. sobre solvencia o plazos) puede ser motivo de impugnación inmediata.


Casos prácticos de impugnaciones y cómo evitarlas

Ejemplo de exclusión injustificada

Un ayuntamiento exigió que las empresas tuvieran una delegación física en el municipio para participar en el contrato. El TACRC anuló esta cláusula por limitar la libre competencia.

Ejemplo de criterios de adjudicación anulados

En un contrato de servicios, se valoraba con 30 puntos la “propuesta creativa” sin definir parámetros objetivos. El recurso prosperó porque carecía de objetividad y proporcionalidad.

Lección aprendida: cualquier criterio debe ser medible y justificable.


Herramientas digitales y apoyo en la redacción de pliegos

Plataformas de contratación pública en España

El Perfil del Contratante y la Plataforma de Contratación del Sector Público (PLACSP) ofrecen modelos estandarizados de pliegos que sirven como guía.

Modelos estandarizados de pliegos

Muchos ministerios y comunidades autónomas han publicado pliegos tipo que pueden adaptarse a diferentes contratos. Usarlos como referencia reduce riesgos.


FAQs sobre impugnaciones y redacción de pliegos

1. ¿Qué plazo tienen los licitadores para impugnar un pliego?
Generalmente, 15 días hábiles desde la publicación del anuncio de licitación en la PLACSP.

2. ¿Se puede impugnar un pliego después de presentar la oferta?
Sí, pero lo recomendable es hacerlo antes de la adjudicación para evitar que el procedimiento avance en falso.

3. ¿Qué órgano resuelve las impugnaciones en España?
Principalmente, el Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales (TACRC) y los tribunales autonómicos en sus competencias.

4. ¿Qué cláusulas son más impugnadas?

  • Requisitos de solvencia excesivos.
  • Criterios de adjudicación ambiguos.
  • Condiciones técnicas restrictivas.

5. ¿Qué pasa si un pliego es anulado?
El procedimiento queda suspendido y la administración debe rectificar y volver a convocar la licitación.

6. ¿Se pueden usar marcas comerciales en los pliegos?
Solo de forma excepcional, cuando sea inevitable para definir el objeto del contrato y siempre acompañadas de la fórmula “o equivalente”.


Conclusión y mejores prácticas

Redactar pliegos sólidos que minimicen impugnaciones en España requiere una combinación de rigor jurídico, claridad técnica y sentido práctico.

Las mejores prácticas incluyen:

  • Apostar por criterios objetivos y medibles.
  • Usar modelos estandarizados y precedentes judiciales como referencia.
  • Revisar el pliego con equipos multidisciplinares antes de publicarlo.
  • Evitar cláusulas restrictivas que limiten la competencia.

En definitiva, un buen pliego no solo protege a la Administración frente a recursos, sino que también genera confianza en los licitadores y asegura un procedimiento competitivo y transparente.

🔗 Para más información práctica, puedes consultar la Plataforma de Contratación del Sector Público en España

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